Hogar Emmanuel
Hogar Emmanuel
Hogar Emmanuel.
Actualmente la Asociación Emmanuel es el fruto del esfuerso de muchísimas personas que dan y dieron su tiempo, dinero y dedicación para que se haga realidad, esta " pequeña obra de Dios " , como la llama su principal promotor el Padre Manuel kato Yda.
Y es que Emmanuel se inició como casi todo en el mundo, en respuesta a una gran necesidad : dar acogida a niños huérfanos necesitados de un hogar.
" Esta obra no la inicie yo, sino la madre Clara Tome Shimabukuro que, preocupada por la situación de abandono de numerosos niños quería construirles un hogar y me pidió que fuera el puente que acercaba la obra a la comunidad japonesa".
Era el año 1981 y el padre Kato, asesor espiritual de la comunidad japonesa, recurrió a un pequeño grupo de amigos, con quienes tenía mayor confianza para exponerles la obra.Pese al gran interés del pequeño grupo por la obra, la condición para que el Padre Kato permaneciera involucrado fue trascendental.
Así se formó el primer grupo de apoyo del Hogar Emmanuel que estuvo conformado por Gerardo e Isabel Maruy, Juan Nakamatzu, Juan Yoshikay Koga, Antonio Takuma, Manuel Kawashita, Elena de Kohatsu, Pedro komatsudani, Shuzo Tosa e Hidenaga Ikemiyashiro.
Las funciones serían claras, el grupo encabezado por el Padre kato, se dedicaría a recolectar fondos para la construcción del Hogar, y la Madre Clara Tome Shimabukuro , religiosa de la Congregación de Misioneras Paroquiales del Niño Jesús de Praga, velaría por los niños, con el apoyo de su comunidad.
Hogar en Construcción :
El Proyecto fue pensado para albergar a niños pobres, de ahì que se eligiera construir un edificio sencillo en un lugar humilde.
Empezaron entonces en un terreno ubicado cerca al aeropuerto Jorge Chàvez, otorgado por el entonces ministro de Educaciòn, desafortunadamente lo tuvieron que dejar porque ya habìa sido invadido. Luego les otorgaron otro terreno cerca, pero los pobladores del lugar se opusieron a la construcción debido a que tenìan planeada la edificaciòn de un Centro Educativo Especial.
Poco después y gracias a las gestiones de Juan Yoshikay Koga, el alcalde de Puente Piedra, Luis Higa, les asigno 3,500 metros para la construccióòn del Hogar. Este terreno, ubicado en la zona de Zapallal, muy cerca de la Carretera a Ventanilla, habìa sido abandonado por Corazones Remendados, un antiguo asilo de ancianos.
Cuando llegaron a la zona donde se encontraba el terreno, hoy denominada Asociación Leoncio Prado, el lugar estaba habitado por poco màs de cuatro mil personas, afincadas en los diversos asentamientos humanos. En la actualidad, sobrepasa los 300,000 pobladores.
El tres de abril de 1983, el párroco de Puente Piedra bendijo la primera piedra de la construcciòn.
Es anecdótico recordar la frase de aquél sacerdote que se constituyó en una especie de reto para el Grupo de Apoyo.
"Él nos dijo que , en su experiencia, había bendecido muchas primeras piedras de obras que nunca se concretaron". rememoraba Gerardo Maruy.
Numerosos obstáculos tuvieron que superarse en el proyecto de construcción. La falta de servicios básicos, como agua y desagüe, constituyeron verdaderos retos para el Grupo de Apoyo.
Es en este momento en que ingresa al Grupo de Apoyo el arquitecto Fernando Ojeda, quien une esfuerzos para solucionar los problemas del terreno.
"Cuando pese a todos los problemas pudimos arreglar los documentos del terreno, nos dimos cuenta que estaba la mano de Cristo en nuestra obra", sostiene con convicción el arquitecto Ojeda, quien a partir de ese momento ha trabajado incansablemente por Emmanuel.
En tanto, se realizaron gestiones ante la municipalidad de Ancón para que cedieran agua de pozo para el hogar. Luego de algunos años, se pudo obtener el agua desde Santa Rosa, hasta que llegaron las tuberias de agua potable a la comunidad.
El desagüe se solucionó de inmediato con la construcción de un pozo séptico, que permanece hasta la actualidad, pues este servicio aun no llega a la zona.
Pese a todos los contratiempos, poco después de cinco meses de aquél acto público de bendición, el 19 de setiembre de ese mismo año, se inauguró la primera etapa del Hogar Emmanuel que comprendía cuatro dormitorios, una sala de estar, el comedor y una lavandería, todo cercado por esteras.
Antes de la fecha de inauguración, la casa ya había sido ocupada por un primer grupo de ocho niños atendidos por dos religiosas. La necesidad del Hogar Emmanuel era tal que, en poco tiempo llegaron niños abandonados de todas partes.
En menos de dos años, los chicos pasaban el número de treinta y en menos de cino, superaban fácilmente los cincuenta. Hbía que seguir trabajando.
Apenas inaugurada la primera etapa, ya se tenía planificada el resto de las edificaciones del Hogar, proyectándose su construcción total en un plazo máximo de veinte años.
Con esta visión de futuro, en 1985 el Padre Kato emprende un primer viaje de recolección de fondos al Japón esperando encontrar ayuda de empresas japonesas en verdadero auge económico. Desdichadamente, la respuesta fue negativa y recurre a sus viejos amigos católicos, conocidos hacía más de quince años durante su trabajo pastoral en el Japón
En ellos la respuesta fue inmediata, aquellas personas de clase media, no los ricos, los que trabajaban muy duro por cada yen ganado, colaboraron con Emmanuel, y lo siguen haciendo hasta hoy.
Las damas fundadoras, con Isabel Mruy a la cabeza también trabajaron arduamente en la organización de actividades para recolectar fondos, del mismo modo, se preocupaban por mantener contacto directo con los jóvenes ahijados del Hogar.
Para 1986, la segunda etapa del proyecto ya se inauguraba y, pese a que nuevos retos en mente, como el Policlínico, surgieron en el camino, la obra completa del Hogar concluyó en 1989.
Y es que en el Hogar, tal como se concibió, no podía ser una isla, debía unirse a su entorno. Por eso se construyó el Centro Educativo Inicial, que presta hasta hoy educación para los niños del Hogar y los alrededores.
Con este mismo espíritu, Emmanuel edificó once, de las dieciséis aulas del Colegio Vista Alegre, pues era importante que no sólo los chicos del Hogar, sino todos los niños de la comunidad, estudiaran en ambientes adecuados.
Debido a que existía el compromiso formal de la Congregación del Niño Jesús de Praga para formar aspirantes en el trabajo activo del Hogar Emmanuel construyó la Casa de las Postulantes, además de otra casa para sus superioras responsables.
La entrega formal del Hogar a la Congregación Misioneras del Niño Jesús de Praga se hizo el 18 de Agosto de 1989, en ocasión del 90 aniversario de la Inmigración Japonesa al Perú.
La culminación de las obras del Hogar Emmanuel no hubiera sido posible sin la ayuda, principalmente del exterior.
"Esta obra es fruto de la caridad de los extranjeros no ricos hacia el Perú", afirma el Padre Kato.
De todas las personas caritativas, el Padre Kato mantiene gratas evocaciones y eterno agradecimiento.
"Recuerdo aquella vez que una señora me dio su sobre con todas sus propinas de un mes de trabajo en un consultorio, Además de otra que me entregó un talego con monedas de un yen que su hijo discapacitado había juntado", cuenta con verdadero orgullo el Padre Kato.
También ese Japón, el Padre Santiago Yasuy colaboró especialmente en la construcción el Hogar, sus envíos alcanzaron entonces el millon de dólares. Otra señora, idenificada con Emmanuel, envió en el transcurso de diez años la suma de 100 mil dolares.
Lejos de ahí, ya desde España, el doctor Alberto Fujimoto mantuvo activa la Asociación de los Amigos Españoles del Hogar Emmanuel, quienes recolectaban de seis a ocho mil dólares anuales. Lamentablemente, la obra se detuvo una vez que el doctor Fujimoto falleció.
Entre tanto, durante diez años, Julien Le Boeuf y su familia, mantuvieron sus envíos de ocho mil dólares anuales para Emmanuel desde el Canadá.
Al igual que los anteriores, grupos de personas preocupadas por el bien común, mandaron desde los Estados Unidos veinte mil dólares destinados a las obras de Emmanuel.
Pese a las considerables donaciones llegadas desde fuera, y que la situación económica del país empezaba a ser cada vez más crítica, el trabajo en el Perú nunca se detuvo.
"Así como el Padre Kato salió en busca de la ayuda externa, a nosotros nos tocó buscar las puertas internas para todo lo que se ha hecho, y hemos encontrado ayuda desinteresada de amigos de corazón grande" dice el Arq. Fernando Ojeda actual presidente de la Asociación Emmanuel.
Graias a las múltiples donaciones, el antiguo arenal se convertía así en un verdadero Hogar para niños abandonados necesitados de atención física, y sobre todo moral.

